Afrontar la muerte comprendiendo al Ser

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Afrontar la muerte comprendiendo al Ser

Comprendiendo al Ser mediante el Árbol de la Vida Personal
Publicado de Ricard Barrufet en Filosofía existencial · 2 Febrero 2016


Afrontar la muerte significa disponerse a reflexionar de manera profunda y serena sobre la impermanencia de todas las cosas, sobre el motivo de nuestra presencia en el mundo, sobre el significado que tiene para nosotros la vida y en última instancia, sobre la realidad de nuestra propia muerte.

Nuestra muerte física es inevitable, esta es una realidad que a nadie se le escapa, pero si en lugar de arrojarnos a un mar de temores y ansiedades vamos un poco más allá de esta evidencia biológica e indagamos con mayor hondura acerca de quiénes somos realmente y de cuál es el verdadero propósito de nuestra existencia, tarde o temprano llegaremos a la inequívoca conclusión de que somos mucho más que un cuerpo y de que no es posible morir, por el simple hecho de que no es posible dejar de existir.

Reflexionar sobre la muerte es conectar con nuestra esencia espiritual, con nuestro verdadero Ser; y cuando esto se hace de forma regular a lo largo de una vida, ello trae consigo un mayor grado de autoconocimiento y de claridad mental.

La muerte nos impulsa hacia una incesante búsqueda de respuestas existenciales que tanto alimenta a nuestro espíritu. La muerte nos sitúa en el aquí y ahora, nos ayuda a reconsiderar nuestras prioridades y escala de valores, revaloriza de forma sorprendente todas nuestras relaciones afectivas y nos aporta, en definitiva, un estado de mayor conciencia y felicidad.

Pero para las personas que se encuentren ante una situación de enfermedad terminal o de final de vida, afrontar la muerte tendrá sin duda un significado muy diferente. Aquí ya no se tratará de un acto reflexivo que aporte mayor conciencia a nuestras vidas, sino que supondrá enfrentarse a la realidad de una muerte que se percibirá más real y cercana que nunca.

En estos casos suele iniciarse un proceso muy similar al duelo (con sus cinco etapas más o menos bien definidas: negación, enfado, negociación, depresión y aceptación), que junto a una adecuada atención psicológica y afectiva; la comprensión espiritual que se pueda llegar a obtener ayudará sin duda a que este proceso discurra de un modo mucho más pacífico y sereno.

La comprensión espiritual parte del concepto que existe un Yo profundo que está más allá del cuerpo y de la Personalidad, tal y como ocurre cuando un actor abandona el escenario al terminar su "función". Es decir, que existe un Yo que no se identifica con ninguna faceta o expresión externa que nos pueda diferenciar de los demás, sino con el amor y la conciencia que reposa en lo más profundo de nuestro interior. Esta esencia primigenia es nuestro espíritu y una vez reconocemos a este Yo profundo como a nuestro verdadero Ser y nos identificamos más con el "actor" que con el "personaje", cualquier pensamiento, inquietud o temor que podamos tener acerca de la muerte, se volverá sin duda mucho más liviano y luminoso.

Pero no es tarea fácil llegar a conocerse a sí mismo a este nivel. Habrá que conocer muy bien primero al personaje que estamos interpretando en este momento, aprender a quererlo, a valorarlo, a cuidarlo, a respetarlo y a agradecerle todo el conocimiento vivencial que nos está proporcionando, antes no logremos descubrir nuestra verdadera esencia tras él.


Autor: Ricard Barrufet



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