Algunas recomendaciones a tener en cuenta a la hora de poner en práctica la Ley de Atracción y la Creación Consciente, para atraer Abundancia de forma efectiva.
Tres maneras distintas de recorrer el largo Camino Conciencial Evolutivo en el que todos estamos inmersos, hasta alcanzar la cumbre de Sabiduría Suprema.
Las dimensiones de conciencia son los diferentes grados o frecuencias de vibración energética y sus respectivos niveles de entendimiento, que todo ser vivo adquiere progresivamente en la medida en que su experiencia vivencial le otorga un conocimiento que hace expandir su conciencia.
Todo está aquí mismo junto a nosotros y en este preciso instante, solo que en franjas vibracionales distintas. Esto significa que lo que habitualmente percibimos como real a través de los sentidos, es tan solo una pequeña parte de la verdadera realidad multidimensional en la que vivimos.
Según la física teórica todos tenemos acceso a nuestro futuro o, mejor dicho, a nuestros numerosos futuros potenciales, solo que al recibir toda esta información de manera subliminal mientras dormimos, a efectos prácticos apenas llegamos a ser conscientes de ello.
No estamos solos en el camino. Todos llegamos a este mundo asistidos por Guías, Maestros y Ángeles, que nos brindan todo su apoyo a lo largo de nuestro ciclo vital.
El cuerpo etérico o vital, es el encargado de sintetizar las frecuencias de alta vibración que proceden de esas otras esferas de la realidad en las que de manera simultánea también estamos presentes, transformándolas en intensidades aptas para la vida orgánica.
La conciencia crística o búdica es una energía muy pura y refinada que nos abraza cálidamente y nos conduce hasta lo más alto de una esfera donde la compasión, la bondad y el amor, adquieren su mayor grado de expresión.
En el plano Causal se encuentra nuestro hogar, es el auténtico mundo espiritual del que partimos prometiéndonos encarecidamente no olvidar jamás quiénes somos realmente, aunque a sabiendas de que este hermoso recuerdo no podría más que acabar siendo velado por las vestiduras astrales y sepultado bajo el peso de la carne.